2024-01-25-20-01-15
Este cuadro abstracto enriquece la vista con sus emocionantes y brillantes tonalidades. A primera vista, se evidencia una explosión de colores alegres que impactan por su intensidad, un intrincado mosaico de vivo turquesa, naranja fulgurante, vibrantes púrpuras y destellos de verde eléctrico. En su diversidad cromática, se aprecia una armonía ecléctica, que suscita tanto euforia como reflexión.
A medida que los ojos recorren la obra, se descubren figuras etéreas e incomprensibles: seres híbridos que parecen fusionar elementos tanto humanos como animales y vegetales, danzando en una coreografía caótica pero hermosa. Las siluetas parecen flotar, desdibujándose y volviéndose a definir, sus formas en constante mutación y superposición creando un inquietante efecto tridimensional.
El artista manipula la profundidad y la perspectiva a su antojo, convirtiendo el lienzo en una ventana a un multiverso que parece existir más allá de las limitaciones de nuestra realidad. Los colores son un festín visual, jugando con la luz y la sombra, la transparencia y la opacidad, para evocar emociones y provocar la imaginación.
En este universo de germanías cromáticas, los seres híbridos se retuercen y metamorfosean, realmente únicos en su singularidad. Es una obra de abstractismo vibrante, que transporta al espectador a un dominio etéreo de posibilidades y maravillas sin límites; un estudio de color, forma y movimiento que resuena en los más profundos recovecos del alma.