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La pintura es una obra dimensionsal de 1×1 metro, centrada en la representación abstracta de una mujer posthumana. El arte es mayormente compuesto de líneas y formas geométricas entrelazadas y superpuestas, utilizando una paleta de colores cálidos y fríos para crear un contraste visual y emocional.
El retrato parece estar formado por muchos componentes robóticos; sin embargo, los contornos de una figura femenina emergen indudablemente. Los detalles microscópicos, como los complejos circuitos y mallas de cableado, dan la sensación de una estructura de máquina debajo de la superficie de la mujer. Además, asemeja a una silueta surrealista, indicando que la mujer ha trascendido la forma humana tradicional.
La cara de la figura es un enigma, formado por formas irregulares y huecos llenos de estrellas, sugiriendo el universo y la naturaleza infinitamente expansiva de la tecnología. Sus ojos, azules eléctricos, parecen mundos en sí mismos, llenos de profundidad inexplorada y misterio. Reflejan una visión de coexistencia entre la humanidad y la máquina, de lo sagrado y lo profano.
La representación del cabello en la pintura es particularmente notable. Parecen ser hilos de fibras ópticas que se despliegan como rizos perlados, brillantes y vibrantes, indicando una conexión con la tecnología.
La pintura emana un aura de futurismo y maravilla, desafiándonos a contemplar y a explorar más a fondo sobre qué podría ser un retrato de mujer posthumana.
