2024-01-09-18-01-08
La fotografía estenopédica muestra una visión intrigante de una ciudad posthumana, donde los rascacielos cuentan su historia en ausencia de humanos. Los edificios altos, de estilos posmodernos y futuristas, se elevan hacia el cielo, cubiertos por una fina capa de musgo y enredaderas, escritura viva de la conquista de la naturaleza sobre las estructuras urbanas. La vegetación es una explosión de verdes vivos, siluetas que se rizan a través de las formas rectas y angulares de la arquitectura. A través de la suavidad de la fotografía estenopédica, los detalles parecen ser tanto nítidos como difusos, realzando la sensación de un presente-sin-humanos.
El lago en primer plano refleja la ciudad, casi como un espejo, doblando la ausencia en una muestra potente del paso del tiempo. El cielo, una mezcla de azules y grises, da una sensación atemporal. Hay un silencio tangible, una quietud solemne que se percibe a través de la imagen. Ninguna figura humana interrumpe la vista, ni siquiera en forma de estatua o monumento. Solo el eco de su ausencia se deja sentir a través de la ciudad vacía.
Acentuando esta sensación, los efectos típicos de la fotografía estenopédica, la aberración suave y el viñeteado, construyen una atmósfera de ensueño y olvido. Todo esto permite al espectador preguntarse sobre el futuro, dónde estamos en relación con nuestro entorno y cómo podríamos desaparecer y dejar nuestra huella de una manera tan serena, pero impactante.