2023-12-07-17-01-05
La pintura abstracta se presenta en una paleta vibrante de colores, predominando el prismático rojo, amarillo y azul. Descontraído en las leyes de la física y la realidad, uno observa figuras humanas adornadas con máscaras antiguas. Estas máscaras parecen variaciones del arte tribal, con entramados y detalles complejos esculpidos en mármol y madera, dándoles un toque arcano, misterioso y desconcertante.
La representación de las figuras humanas discurre entre la analogía y la metamorfosis. A veces parecen partes de los paisajes, otras veces desafían la naturaleza fusionándose en sus propios cuerpos. Los cuerpos esculturales retorcidos, se entrelazan y enredan en un continuo esfuerzo para equilibrar la pesadez de las máscaras grandilocuentes.
La obra se revela en un fondo de un paisaje poshumano, un entorno desértico y estéril. Las distopías urbanas y naturales se yuxtaponen en una composición fragmentada y dislocada. Sin embargo, el lienzo baila con exuberancia. Los tonos eléctricos son rabiosos, las pinceladas frenéticas y los contornos indefinidos.
Es un trabajo sublimemente caótico y desconcertante, una representación de la sofisticación en medio de la salvajía, interpretándose como una narrativa sobre la ironía de la existencia posthumana, un cuestionamiento sobre lo que significa ser humano y la máscara que todos llevamos.