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Esta pintura abstracta sobre un retrato de mujer posthumana muestra una figura femenina de aspecto etéreo, con los brazos extendidos y los ojos cerrados. Su cabello es una mezcla de tonos dorados y plateados, con algunos destellos de azul y verde. Sus rasgos faciales son difusos, con la nariz y la boca apenas visibles. Su cuerpo está cubierto con una túnica blanca, con una capa de color plateado que se extiende desde los hombros hasta los pies. El fondo de la pintura es una mezcla de colores pastel, con destellos de luz dorada. La figura femenina se destaca sobre el fondo, creando una atmósfera misteriosa y evocadora. La pintura es una representación poética de la vida después de la muerte, mostrando la belleza y la fragilidad de la existencia humana.
