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Esta pintura abstracta muestra un paisaje posthumano en el que se ven varias figuras humanas con máscaras antiguas. Estas figuras se encuentran en una escena que es a la vez antigua y moderna. Las figuras llevan máscaras antiguas, lo que sugiere que están representando algún tipo de ritual. El paisaje es una mezcla de elementos naturales y artificiales, con colores brillantes y vibrantes que crean una atmósfera misteriosa. Las figuras están en una posición de reposo, lo que sugiere que están meditando o realizando algún tipo de ritual. El fondo está compuesto por una serie de líneas curvas y abstractas que crean una sensación de movimiento y dinamismo. La pintura es una reflexión sobre la dualidad entre lo antiguo y lo moderno, y sobre la relación entre el pasado y el presente.