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Esta pintura abstracta sobre un retrato de hombre posthumana captura la esencia de la vida después de la muerte. El retrato se compone de una serie de líneas y formas geométricas en una paleta de colores oscuros y profundos. El hombre posthumana se ve rodeado de una neblina de color gris, que representa el paso a la otra vida. Sus ojos están cerrados, lo que sugiere que está en paz. Las líneas curvas y los colores suaves evocan una sensación de calma y tranquilidad. Las líneas onduladas también parecen sugerir el movimiento de la vida a la muerte. Esta pintura abstracta es una exploración de la dualidad entre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, el pasado y el futuro. El uso de formas geométricas y colores profundos refleja la idea de que la vida y la muerte son dos lados de la misma moneda. Esta pintura es una reflexión sobre la transición de la vida a la muerte y la búsqueda de la paz.