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Esta pintura abstracta de colores vibrantes sobre un retrato de mujer posthumana muestra a una mujer con la cabeza inclinada hacia adelante, con los ojos cerrados y una mirada serena. La mujer está vestida con una túnica blanca con un patrón de flores de colores brillantes. El fondo es una mezcla de colores brillantes, desde el rojo al amarillo, pasando por el azul y el verde. Los colores se entremezclan entre sí, creando una sensación de movimiento y energía. Los colores se combinan para crear una atmósfera de paz y tranquilidad. La pintura es una expresión de la posthumana como un ser que trasciende la vida y la muerte, una representación de la eternidad. La pintura es una invitación a reflexionar sobre la vida y la muerte, la belleza y la fragilidad de la existencia humana.
