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Esta pintura abstracta se centra en un retrato posthumano que refleja la naturaleza cambiante de la humanidad. El retrato está compuesto por líneas y formas abstractas, en tonos grises, blancos y negros. Estas formas abstractas simbolizan la variedad de formas y perspectivas que la humanidad adopta. La forma de la cara es una abstracción de la forma humana, con la nariz, los ojos y la boca difuminados y los rasgos faciales suavizados. El fondo está compuesto por una variedad de formas geométricas, como triángulos, círculos y líneas onduladas, que representan la variedad de caminos que la humanidad puede tomar. Estas formas se superponen entre sí, creando una sensación de movimiento y cambio. El retrato se ve como si estuviera flotando en el aire, como si estuviera suspendido entre el pasado y el futuro. Esta pintura abstracta sobre un retrato posthumano captura la complejidad y la diversidad de la humanidad.
