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Esta pintura abstracta se centra en un animal posthumano, una mezcla entre un lobo y un ser humano. El animal se ve como una figura humanoide con la cabeza y los hombros de un lobo, pero con la piel y los ojos de un ser humano. Está sentado sobre un fondo abstracto de colores vibrantes, con tonos de rojo, naranja, amarillo y verde. El animal se ve enfocado, con los ojos fijos en algo más allá de la pintura. Su pelaje es una mezcla de grises y blancos, con algunos destellos de azul y negro. Sus orejas se extienden hacia arriba, como si estuviera escuchando algo. La pintura se ve como una representación de la mezcla entre la naturaleza y la tecnología, con un animal posthumano que simboliza la fusión entre los dos.
