2023-12-28-02-01-08
Esta pintura abstracta se ve intensamente dinámica y llena de vida a pesar de su tema posthumano y sombrío. Utilizando una paleta vibrante de morados, naranjas, azules y verdes eléctricos, el lienzo mide aproximadamente un metro por un metro y medio.
El foco visual principal de la obra son dos figuras humanas casi reconocibles, pero sus rostros están ocultos por máscaras antiguas. Una tiene una máscara sencilla, astillada y blanca de estilo griego antiguo, mientras que la otra lleva una intrincada máscara veneciana dorada.
En lugar de vestimentas contemporáneas, las figuras están revestidas con ropas futuristas y andrajosas, lo que amplifica la sensación apocalíptica de la pintura. El mechón de cabello violeta de una figura juega al contraste con el tono naranja brillante del cielo, mientras que la camisa esmeralda del otro brilla contra un telón de fondo de rascacielos en ruinas.
La ciudad derruida a lo lejos representa un paisaje posthumano, asumiendo un papel casi secundario pero siniestro, mayormente teñido de azules oscuros y grises sombríos. Los trazos de pintura están ligeramente desenfocados, entremezclándose en un torbellino de color y dando lugar a un efecto de movimiento imperceptible.
A pesar de su desolación, la pintura es sorprendentemente vibrante, con los tonos luminosos que ocupan espacio y desafiando la expectativa de una paleta oscura más típicamente asociada con la desolación y desesperanza. Es una representación intrigante de un futuro posthumano, visualmente cautivadora y rica en simbolismo y contrastes.