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Una fotografía estenopédica sobre un paisaje posthumano captura una vista desolada y desoladora de un mundo que ha sido abandonado por la humanidad. Las ruinas de edificios y estructuras antiguas se extienden a lo largo de la tierra desolada, con el cielo gris y nublado como una triste recordatorio de la vida que una vez fue. El aire está cargado con el olor a cenizas y el silencio de la muerte. Los árboles y los arbustos están marchitos y sin vida, y el suelo está cubierto de escombros y polvo. Los únicos sonidos son el viento soplando a través de los escombros y el ruido de los animales que han tomado el lugar de los humanos. Esta imagen triste y desolada es una advertencia de lo que podría suceder si no tomamos medidas para proteger nuestro planeta.