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Esta fotografía estenopédica de un retrato de un hombre posthumano captura la idea de una humanidad que ha evolucionado más allá de sus límites biológicos. El hombre está de pie en una postura serena, con los brazos cruzados sobre su pecho. Su rostro es una mezcla de características humanas y mecánicas, con una tecnología avanzada que ha sido implantada en su piel. Sus ojos son dos grandes lentes de cámara que reflejan el entorno circundante. Sus orejas están equipadas con auriculares, y una máscara facial cubre su boca. Sus manos están cubiertas con guantes tecnológicos, y una serie de cables y sensores conectan su cuerpo a una computadora. El fondo de la imagen es una niebla de color gris que rodea al hombre, dando la impresión de que está suspendido en el tiempo y el espacio. Esta imagen es una visión inquietante de un futuro en el que la tecnología ha reemplazado a la humanidad, y una advertencia de lo que puede suceder si no somos cuidadosos con el uso de la tecnología.
