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Esta pintura abstracta muestra a una mujer con una máscara antigua, rodeada de un paisaje posthumano. La mujer se encuentra en una posición de meditación, con los ojos cerrados y los brazos extendidos. Su máscara, que es de color oscuro, está adornada con una serie de líneas curvas y líneas rectas, que representan la dualidad entre el pasado y el futuro. El paisaje que la rodea está compuesto por una serie de formas geométricas, como círculos, cuadrados y triángulos, que representan la transformación de la humanidad. Las líneas curvas suaves y los colores pastel crean una sensación de calma y tranquilidad, mientras que los colores más brillantes añaden un toque de energía y movimiento. Esta pintura es una reflexión sobre el pasado, el presente y el futuro de la humanidad, y sobre la necesidad de encontrar un equilibrio entre los dos.
