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Esta pintura abstracta de colores vibrantes se enfoca en un retrato de un hombre posthumana. El hombre se ve en una postura meditativa, con los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre el pecho. El fondo está lleno de tonos brillantes y vivos, desde el rojo brillante hasta el amarillo y el verde. Los colores se mezclan entre sí para crear una sensación de movimiento y energía. Los colores también se usan para destacar algunos rasgos del hombre, como sus cejas y su cabello. La pintura se ve aún más vibrante debido a los diferentes tonos de los colores. El hombre parece estar en un estado de paz y tranquilidad, como si estuviera conectado con el universo. Esta pintura es una representación de la vida posthumana, de la conexión con el universo y de la libertad de expresión.
