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Esta fotografía en blanco y negro captura un paisaje posthumano en el que la naturaleza ha recuperado el control. El cielo se extiende por encima de una tierra desolada, donde los árboles desnudos se alzan como sombras sobre el terreno. Las ruinas de edificios antiguos yacen en ruinas, y la hierba crece salvaje entre los escombros. El aire está lleno de polvo y el silencio es absoluto. Una luz fría y sombría se filtra a través de la bruma, creando una atmósfera inquietante. Esta imagen muestra un mundo posthumano en el que la naturaleza ha recuperado el control, y la vida humana se ha desvanecido.
