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Esta pintura abstracta sobre un retrato de mujer posthumana captura la dualidad de la vida y la muerte. El retrato de la mujer está lleno de colores vivos y vibrantes, como el amarillo, el naranja y el rojo, que simbolizan la energía de la vida. Estos colores se mezclan con tonos más sombríos, como el azul, el gris y el negro, que representan la tristeza y la melancolía de la muerte. El retrato está rodeado de líneas onduladas y curvas, que simbolizan la incertidumbre y el misterio de la vida después de la muerte. El artista también ha incluido algunos elementos orgánicos, como hojas y flores, para representar la belleza y la fragilidad de la vida. Esta pintura abstracta sobre un retrato de mujer posthumana es una obra de arte profundamente emotiva que refleja la dualidad de la vida y la muerte.
