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Esta pintura abstracta se centra en un animal posthumano que se encuentra en un estado de transición entre lo humano y lo animal. La figura se muestra en una posición erguida, con la cabeza y los hombros erguidos, mientras que el resto del cuerpo se desvanece en una forma abstracta. La figura está hecha de colores vibrantes y destellos, que representan la energía de la transición. El fondo está hecho de tonos suaves y líneas curvas, que simbolizan la calma y la serenidad que acompaña a la transformación. La figura se ve afectada por la luz, que se refleja en la superficie de la pintura, dando una sensación de movimiento. La figura está rodeada por una nube de colores, que representan la conexión entre el pasado y el futuro. Esta pintura es una representación de la naturaleza cambiante de la vida, y la idea de que el cambio puede ser una fuerza positiva.
